En Bolivia, el 12 de mayo de 2020 marcó un antes y un después
en el ámbito educativo, en esta fecha, el gobierno anunció la suspensión temporal
de las clases presenciales en todo el territorio nacional por la llegada del
coronavirus. Esta condición de temporal se alargó por semanas, mientras se
pensaba en un plan de contingencia; que finalmente llegó con la determinación
de implementar las modalidades de educación a distancia y virtual, antes de que
se diera la clausura del año escolar de la gestión 2020. Empero, nuestra realidad
a mostrado que no estábamos preparados para responder adecuadamente a aquello. Testimonios
sobran sobre lo difícil que ha sido sobre todo para las áreas rurales, tal el
caso de los estudiantes de una unidad educativa ubicada en el municipio de Azurduy- departamento de Chuquisaca-Bolivia quienes han recorrido a pie de 3 a 4 horas para poder lograr obtener señal y así participar de las olimpiadas científicas que anualmente se llevan a cabo.
En estas condiciones, ¿es posible
hablar de educación virtual?, acaso no tenemos derecho todos al acceso equitativo
y de calidad al internet?.
Pero, podría creerse que, en ámbito
urbano, las cosas son mejores, supuesto más alejado de la realidad, así lo
demuestra el siguiente testimonio.
“Desde que la pandemia llegó a nuestra vida, la cambió de forma drásticas, y para las niñas y niños lo fue más porque tuvieron que abandonar la dinámica tradicional de la educación para pasar clases virtuales, maestros, madres y padres de familia tuvieron que adecuarse para utilizar las nuevas tecnologías, el primer año fue como de prueba y este año todo fue ya muy serio los colegios escuelas y Universidades tienen que cumplir a cabalidad con tareas exámenes y cuadernos al día, las madres que están organizadas en un centro de madres llamado "Unidad" hablaron sobre lo complejo de la situación tanto en los niveles de inicial, primaria, secundaria y universidad. Muchas de las mamás no saben leer ni escribir menos entienden las nuevas tecnologías, a lo que ellas no podían asistir a sus hijos con el apoyo y seguimiento, como también muchas en sus casas no tenían ni tienen Internet, ni celulares de buena gama para tener las aplicaciones que necesitaban sus hijos.” Testimonio de Gladyz Baltazar- madre de familia.
Sobran las explicaciones, y mientras no se tengan la
voluntad política de resolver estos problemas, nuestra realidad para poder
desarrollar la educación virtual de calidad aún está muy lejos.
Autora: Zulma Martínez Vargas
Zulma, esta realidad también la vivimos en Ecuador y es cruel ver como la Educación se ha convertido un privilegio para pocos y un sueño para muchos. Claudia Macías.
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